(tiernas) criaturas. Patricia Piccinini

Desde: Jueves, 04 Octubre 2007

Hasta: Domingo, 27 Enero 2008

Lugar: Sala Este Baja

(Tiernas) criaturas podría parecer el título de un cuento, de una película infantil o tal vez de un inofensivo juguete.

(tiernas) criaturas podría parecer el título de un cuento, de una película infantil o tal vez de un inofensivo juguete. Sin embargo, a lo que hace referencia este peculiar nombre es a la exposición en ARTIUM de la australiana Patricia Piccinini, una artista que se puede calificar como creadora de historias fantásticas, de mundos artificiales llenos de ternura, que parecen haber surgido de los experimentos de un laboratorio científico.

Desde el 4 de octubre hasta el 27 de enero de 2008
Sala Este Baja

La exposición contiene obras realizadas en los últimos quince años, tiempo en el que la artista ha alternado escultura, dibujo, fotografía o videoinstalación para recrear un universo sintético en el que conviven extrañas especies animales, camiones en forma de bebé o jardines digitales. El mundo de Patricia Piccinini es irreal, pero una vez que se penetra en él para descubrir sus historias y desvelar su mensaje, encontramos que es muy cercano a nuestra realidad cotidiana, marcada por la velocidad vertiginosa que imponen los avances tecnológicos y por el impacto de sus contradictorias y, a veces, impredecibles consecuencias.

La relación entre lo natural y lo artificial es uno de los ejes esenciales en la obra de Patricia Piccinini. La artista considera que la frontera entre estos dos conceptos es cada vez más difusa y permeable: para una persona urbana algo tan artificial como un coche puede llegar a ser más natural que un caballo, especie que, por otra parte, es producto de milenios de intervención humana en forma de cría selectiva. A medio camino entre lo tecnológico y lo animal, las creaciones híbridas de Piccinini, ponen de manifiesto este ambiguo diálogo y dan pie a una reflexión sobre el alcance de la tecnocultura.

Obras como Young Family, Protein Lattice, Plasticology, Helmets, o Nature Little Helper´s, aluden a la controvertida maraña de cuestiones éticas que surgen de avances biotecnológicos como la manipulación genética, la clonación, la reproducción asistida o el control del medio ambiente, técnicas generalizadas y asumidas por casi todos. La obra de Piccinini plantea cuestiones incómodas en torno a este tema: ¿dónde están los límites de la ciencia? ¿Quién se beneficia de sus avances? ¿Puede el ser humano llegar a controlar todas sus creaciones? ¿Y qué ocurre con los errores...?

No hay que olvidar que la obra de Piccinini, a pesar de abordar asuntos polémicos, es capaz de generar una gran ternura. La estrambótica apariencia de sus criaturas puede provocar una cierta repulsión y desasosiego pero también despierta la empatía del espectador. Este es un recurso deliberado de la artista, que afirma que le gusta apelar a las emociones cuando trata temas complejos en los que el posicionamiento ético no es sencillo. Precisamente, muchas de sus obras están protagonizadas por niños, cuyo aspecto inocente y vulnerable contribuye a que la lectura del mensaje sea un poco más amable.

A la hora de realizar sus criaturas, Patricia Piccinini recurre al hiperrealismo para invitar al espectador a que observe la piel, las arrugas, el sudor o el pelo de estas esculturas. Junto a este bestiario biotecnológico, destacan los brillos metálicos y sensuales de otra parte importante de su trabajo, la que se relaciona con el mundo de la tecnología automovilística: camiones en forma de bebé, una moto madre junto a su motito cría, cascos customizados... Máquinas que parecen querer metamorfosearse en formas humanas.

Al igual que Mary Shelley y su Frankenstein, las criaturas de Piccinini parecen materializar el sueño utópico de la razón humana, siempre deseoso de crear vida en aras del progreso. Al igual que el monstruo creado por el Doctor Frankenstein, estas criaturas nos recuerdan que el poder de creación y el control del ser humano no son infalibles. No obstante, Patricia Piccinini no se posiciona en contra del progreso, su obra no contiene mensajes apocalípticos o verdades absolutas, simplemente abre la puerta a un debate sin respuestas concluyentes...

Coproducido por:

ARTIUM

Con la colaboración de:

ministerio de cultura

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