"Si en algo estamos de acuerdo una gran mayoría es en que este es un momento crítico. De emergencia. Afectado por esta situación, el mundo de la cultura está sufriendo algo más que unos amargos recortes económicos. La actual es una situación que pone en entredicho, como parasitaria, a cualquier actividad cultural, artística o de conocimiento en el que el valor aportado se aleje de una inmediata rentabilidad, medible en términos económicos". (Grey Flag 2012)
Es en este contexto en el que dio inicio el proyecto Grey Flag. Nació ahora hace cuatro años de la necesidad de lanzar un mensaje, alto y claro, en defensa de la cultura y el arte. El proyecto adquirió forma de pancarta realizada en una enorme lona de 10 x 10 metros y colocada en la fachada del museo, convirtiendo al edificio público en un agente activo de comunicación dentro del contexto de la ciudad.
El museo, un espacio de análisis y reflexión, ofrecía un mensaje incisivo, desde el contexto del arte, alertando, problematizando, provocando y participando públicamente para incitar a la reflexión social. Aquella lona, realizada a partir de una obra de Kepa Garraza, fue la primera de una cadena de mensajes que se suceden en la fachada del museo hasta hoy. Un programa comisariado por el equipo del museo, y de las que hoy presentamos por primera vez y como parte de la Colección, las obras que las originaron.
Proyecto, colaboración y patrimonio
Es habitual que el objeto de arte, que es patrimonio público —valor patrimonial y objeto coleccionable—, coincida con su valor de uso —objeto de exposición y transmisor del mensaje-idea que lo constituye. Sin embargo, en el caso de las presentes obras se plantea un desdoblamiento entre ambos valores. La parte visible y objetiva de este proyecto como experiencia, su valor de significación, recae en revisar las 20 grandes lonas que se instalan y son visibles en el exterior del Museo.
Sin embargo, al mismo tiempo, las obras expuestas hoy aquí son el objeto que ingresa en la Colección, el objeto manufacturado en el que recae el valor de cambio. Este hecho no constituye en sí un hecho aislado o notable, pero sí ilustra de una manera meridianamente clara, la que cada vez es una práctica más habitual de la cultura y también del museo. La puesta en valor de la experiencia como patrimonio, un patrimonio inmaterial que es necesario alimentar y registrar, transformarlo en memoria con la capacidad de ser compartido. Intangible, pero tan real o más que el físico…
Grey Flag funciona por tanto como un compendio de esfuerzos en los que la actividad del museo actúa como catalizador de la acción. Es a través de esta colaboración entre todos los implicados sobre la que se construye el proyecto y la base de una nueva forma de trabajo, con la complicidad de los artistas, de las corporaciones y de la propia sociedad. Si la necesidad de comunicar, de lanzar un mensaje se encuentra tras el origen de esta iniciativa, lo que la ha hecho posible ha sido el convenio de colaboración con un coleccionista que comparte con el Museo una misma manera de entender el arte y la capacidad de éste de organizar nuestra sensibilidad.
Son obras que pasan a ser propiedad del patrocinador y han sido depositadas en la Colección ARTIUM. Una suma de intereses, un modelo de actuación cada vez más participativo y necesariamente trasparente que tiene como objetivo trasladar a nuestro contexto social la necesidad del arte, de la cultura y, si es posible, rehauciar, devolvernos la confianza y dotar de un espacio más habitable a esta sociedad nuestra.
Comisario: Enrique Martínez Goikoetxea
Artistas: Kepa Garraza, Juan Pérez Agirregoikoa, Laurina Paperina, Artemio, Francesc Ruiz, Ruth Gómez, Martín & Sicilia, Alain Urrutia, Priscila de Carvalho, Sandra Vásquez de la Horra, Txaro Arrazola, Regina de Miguel, Ixone Sádaba, Javier Arce, Sandra Gamarra, Carlos Irijalba, Edurne Herrán, Judas Arrieta
Grey Flag 2016 Grey Flag 2014-15 Grey Flag 2013 Grey Flag 2012