Logbook [Cuaderno de bitácora], primera exposición dedicada a la artista Katinka Bock en el Estado, nos brinda la oportunidad de explorar obras de factura reciente que son fruto del estudio de distintos contextos y su historia. Entre las obras en la exposición se encuentran distintas piezas que surgen de los intercambios propuestos por la artista a artesanos locales, así como del trabajo realizado con el espacio y la arquitectura del Museo.
LOGBOOK (INVITACIONES Y TRAYECTOS)
Katinka Bock (Frankfurt am Main) visitó por primera vez los espacios del Museo el pasado mes de febrero de 2020, llegando a Vitoria-Gasteiz en un vuelo desde Hannover. Solo unos días más tarde las fronteras se cerraron durante meses. También las puertas del museo.
A esta visita le sucedieron meses de incertidumbre y de conversaciones ininiterrumpidas. De aquel encuentro inicial surgió también una descripción sobre los espacios expositivos del museo recientemente compartida con Louis Lüthi, el diseñador gráfico que trabaja junto a la artista en este proyecto: «Es un espacio extraño y anónimo en el sótano sin vistas al exterior. (...) Un espacio suspendido como un barco en el océano (...) El espacio expositivo se entiende como el vientre de una ballena o un barco».
Con la apertura de las fronteras en el mes de julio se produjo la segunda visita de Bock al País Vasco. En esta ocasión, en el marco de su participación como profesora invitada en el Programa de estudios JAI —una escuela impulsada por el museo en colaboración con el CICC Tabakalera en San Sebastián—. Fue también en el transcurso de aquel verano cuando nos hizo llegar una partitura escrita en aquellos días titulada Logbook, que es también la partitura del protocolo para la producción de la pieza Confusions possibles. Esta es una obra en la que un herrero y un sastre locales trabajan, a partir de su interpretación del texto, en la fabricación de medio pantalón, medio vestido y la mitad de tres piezas de cobre (zapato, cuchara y casco). Las otras «mitades» de la pieza se producen en París y todas se encuentran y presentan como unidad al exhibirlas en el museo.
ALBAOLA (FACTORÍA MARÍTIMA VASCA)
Durante este segundo desplazamiento estival Bock tuvo la oportunidad de conocer la Factoría Marítima Vasca Albaola, en una salida organizada en el marco de JAI. Esta institución, ubicada en Pasajes San Pedro, recupera los modos de hacer de la «tecnología marítima artesanal», divulga la historia marítima vasca y funciona como una escuela de carpintería.
Al compartir su interés por este proyecto con otros implicados en el proceso de la exposición la artista explicaba que: «Históricamente, los bosques de Sakana han sido la fuente de madera para los astilleros. Los bosques de roble se plantaban y podaban con el fin de obtener árboles rectos para fabricar tablones, y árboles curvos para hacer la estructura, con el fin de garantizar la mejor calidad en la construcción de un barco (...)».
En Albaola, Bock también se encontró con la figura y el legado de Selma Huxley (Londres, 1927 – Chichester, 2020), una historiadora inglesa que en los años setenta se muda a Oñati desde Canadá con sus cuatro hijos para profundizar en sus investigaciones sobre balleneros vascos en Terranova. Las investigaciones de Huxley fueron claves para encontrar los restos del ballenero San Juan, que encalló en las cosas de Red Bay en 1565, y cuya reconstrucción se está llevando a cabo en la factoría.
Huxley —que además del apellido comparte árbol genealógico con el polifacético escritor— y la nao San Juan centraron buena parte de los intercambios posteriores entre Museo, colaboradores y artista, imaginando —entonces solo como tentativa— la producción de una nueva pieza con los estudiantes de la escuela en Pasaia, tallada a partir de una costilla de madera semejante a las empleadas en la construcción de sus embarcaciones.
Este fue el propósito del tercer viaje de la artista en el mes de enero de 2021, la puesta en marcha de la producción de esta obra que abunda en las analogías desplegadas entre el interior de un cetáceo y un espacio museístico subterráneo: «En el capítulo “Descuartizando” de Moby-Dick el cuerpo de la ballena gira, la piel se corta como una naranja, las poleas equilibran dos pesos desiguales, entre la bestia y el barco. Curvar, cortar, constreñir, forzar son acciones de construcción de barcos y correcciones sociales. La exposición Logbook habla de cuerpos mutilados y constreñidos, formas de división y energías canalizadas».
Mientras tanto en París, ciudad en la que se ubica el estudio de Bock, esperaba Selma, un busto con el nombre de la historiadora producido en cerámica por la artista, para ser depositado en el espacio de Albaola y funcionar así como conector entre el museo y la Escuela-Factoría durante los meses de la exposición.
Huxley falleció solo unas semanas antes de aquella segunda visita de Katinka Bock a Euskadi, el 4 de Mayo de 2020, a la edad de 93 años.
LOGBOOK (ORQUÍDEAS)
Durante su primera incursión, en febrero de 2020, Bock tomó una fotografía de una orquídea que estaba colocada sobre uno los escritorios del museo, una imagen que nos hizo llegar durante el periodo de confinamiento. Aquella orquídea perdió todas sus flores meses más tarde. Hoy ha florecido otra vez y le hemos hecho llegar una imagen nueva.
Desde entonces, también se ha modificado el espacio subterráneo descrito por la artista y es posible observar el exterior desde las salas que ocupan sus piezas a través de los óculos de gran tamaño, que antes eran ciegos.
No son estos los únicos huecos abiertos en el espacio. Como en el capítulo referido de la obra de Herman Melville, se han practicado una serie de aberturas en los muros de las salas expositivas que hacen visibles sus costillas interiores en madera y su sistema de construcción.
Logbook dibuja un museo que es como el vientre de una ballena (de la que todo se aprovecha) y donde se agolpan Moby Dick, Selma Huxley, cascos, huesos curvados, cucharas, prótesis, zapatos, peces y orquídeas en flor, junto a las 2.500 obras de arte de la Colección que se almacenan en el espacio contiguo al de la exposición.
(Texto de Beatriz Herráez para la publicación Logbook)
Katinka Bock estudió en la Kunsthochschule de Berlín y en la École Nationale des Beaux Arts de Lyon. Ha sido artista en residencia en la Villa Medici en Roma, y ha recibido los galardones Dorothea von Stetten Kunstpreis en Alemania y el Prix Ricard en Francia. Ha realizado exposiciones individuales, entre otras, en Culturgest, Lisboa, Portugal; Kunstmuseum Stuttgart y Nuremberg Kunstverein, Alemania; MAMCO, Ginebra y Kunstmuseum Luzern, Suiza; Henry Art Gallery, Seattle, EE.UU.; Mercer Union, Toronto, Canadá y Common Guild, Glasgow, Escocia. En 2018 muestra su proyecto expositivo, la trilogía Tomorrow‘s sculpture en el Kunstmuseum Winterthur, Suiza, Mudam Luxemburg, Luxemburgo y el Institut d’Art Contemporain Villeurbanne, Francia. Sus exposiciones individuales recientes han tenido lugar en Pivo, Sao Paulo, Brasil; Lafayette Anticipation, París, Francia y Kestnergesellschaft Hannover, Alemania.
Colabora: La Factoría Marítima Vasca Albaola
Comisariado: Beatriz Herráez